miércoles, 3 de agosto de 2011

Orbaneja Del Castillo

Al adentrarse en tierras burgalesas el Río Ebro a duras penas se abre paso, buscando la forma de salir del macizo calizo que le interrumpe su camino hacia el mar Mediterráneo.

A través de una serie de serpenteantes gargantas, formando en su conjunto el espectacular cañón del Río Ebro, en donde el algunos puntos el río transcurre encajonado entre paredes de más de 200 metros, el río consigue abrirse paso y salir hacia terreno más amable.

En una de estas serpenteantes gargantas nos encontramos con uno de los pueblos más bonitos y con mayor encanto de la zona, se trata de Orbaneja Del Castillo.

Construida aprovechando las pocas y estrechas terrazas tobáceas en la mismísima pared del cañón y donde convivieron mozarabes, cristianos y judíos y en el cuál los templario levantaron el hospital de San Albín.

Pasear por sus calles empedradas, sentarse junto a la cascada que nace en el mismo corazón del pueblo u observar las caprichosas formas que el viento y el agua han erosionado en la piedra caliza puede ser una buena forma de pasar una tarde.


Nada más entrar en el pueblo, lo que llama la atención es la cascada que cae sobre la carretera y que proviene del medio del pueblo.

Este Arroyo que nace en La Cueva Del Agua en el mismo pueblo, divide Orbaneja en dos barrios, La Villa Y La Puebla


  


    


El casco urbano, formado por un entramado de estrechas calles de aire medieval, con el encanto de la arquitectura popular, se amolda a la empinada orografía de la ladera donde se recuesta Orbaneja
















Si el transcurir del agua por el pueblo nos ha llamado la atención, al alzar la vista y mirar al otro lado del cañón podemos ver una de las mayores curiosidades de Orbaneja, la naturaleza es a veces caprichosa y con ayuda de la erosión y la imaginación humana a tallado en piedra la figura de dos camellos besandose y formando en el centro de sus siluetas el mapa de Africa.



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